Mis coches: BMW E30 318is (1990)
Mis coches: BMW E30 318is (1990) – Mi primera inversión rentable sobre ruedas

Hay coches que marcan un antes y un después en la vida de un apasionado del motor. Para mí, el BMW E30 318is de 1988 fue uno de esos. No solo por la experiencia de tenerlo y disfrutarlo, sino porque se convirtió en una inversión real con beneficios.
El BMW 318is E30, lanzado en 1989, es uno de esos modelos que han ganado un lugar especial en el corazón de los entusiastas. A menudo apodado el “baby M3”, fue la respuesta de BMW para ofrecer un coche con deportividad y carácter, pero a un precio más accesible que el mítico M3 E30.
Un poco de historia
En la segunda mitad de los años 80, el Serie 3 E30 ya había demostrado ser un éxito de ventas gracias a su equilibrio, fiabilidad y diseño atemporal. El M3 dominaba en los circuitos y en los sueños de muchos conductores, pero su precio y exclusividad lo alejaban del público general.
BMW encontró la solución con el 318is, un modelo que combinaba ligereza, comportamiento dinámico y un motor de altas revoluciones, ofreciendo una experiencia de conducción deportiva sin llegar al coste del M3.
Características técnicas
El corazón del 318is es el motor M42B18, un cuatro cilindros de 1.8 litros con doble árbol de levas (DOHC) y 16 válvulas, toda una innovación para BMW en la época.
Motor: 1.8L M42B18 – 4 cilindros en línea
Potencia: 136 CV a 6.000 rpm
Par máximo: 172 Nm a 4.600 rpm
Peso: alrededor de 1.150 kg
Transmisión: manual de 5 velocidades
Tracción: trasera
Velocidad máxima: ~208 km/h
0-100 km/h: 9,9 s aprox.
Más allá de los números, el 318is ofrecía un chasis muy equilibrado, dirección precisa y una conducción que transmitía sensaciones puras, algo que hoy en día es cada vez más difícil de encontrar.
Diseño y detalles
Estéticamente, el 318is mantenía la sobriedad del E30, pero con ciertos detalles deportivos:
Paragolpes más bajos.
Llantas específicas de aleación.
Suspensión ligeramente más firme.
Interior con toques más deportivos, pero manteniendo la elegancia clásica del E30.
Legado y valor actual
El 318is fue producido durante un tiempo limitado y hoy es considerado una joya dentro de la gama E30. Su equilibrio entre prestaciones, fiabilidad y disfrute lo ha convertido en uno de los modelos más buscados por coleccionistas y entusiastas.
No tiene la radicalidad del M3, pero ofrece una experiencia muy cercana a una fracción de su coste, lo que explica su apodo de “el M3 de los mortales”.
La compra
En 1988 salía al mercado el 318is, conocido como el “baby M3” por su equilibrio y deportividad. Yo encontré una unidad con 270.000 km, a un precio de 5.500 €. A pesar de los kilómetros, el coche tenía buena base: carrocería sólida, motor en orden y un enorme potencial tanto estético como mecánico.
El trabajo de puesta a punto
Quería darle nueva vida, no solo para disfrutarlo, sino también pensando en su valor futuro. Estas fueron las mejoras y mantenimientos que realicé:
Mantenimiento esencial:
Cambio de aceite y filtros.
Sustitución del filtro de gasolina.
Cambio de valvulina del cambio y del diferencial.
Pastillas y discos de freno nuevos.
Bujías nuevas.
Mejoras dinámicas y estéticas:
Separadores para mejorar la pisada.
Barra de torretas para ganar rigidez.
Montaje de un alerón trasero, al estilo OEM+.
Limpieza profunda del motor para devolverle presencia.
En total, entre la compra y todas estas mejoras, invertí 7.560 €.
La venta
Tras tenerlo en mis manos, disfrutarlo y dejarlo en un estado mucho más atractivo y fiable, llegó el momento de vender. El coche encontró nuevo dueño rápidamente, y cerré la operación en 9.750 €.
Beneficio obtenido
La operación me dejó un beneficio claro:
Inversión total: 7.560 €
Venta: 9.750 €
Beneficio neto: 2.188 €
Conclusión
Este BMW E30 318is fue mi primera experiencia seria en la compra-venta de clásicos con potencial de revalorización. Además de la satisfacción personal de recuperarlo y disfrutarlo, me permitió obtener un beneficio económico real, demostrando que con visión, pasión y algo de trabajo, es posible convertir un hobby en una inversión rentable.
Este coche me enseñó que cada detalle cuenta: un buen mantenimiento, un toque estético medido y saber cuándo es el momento de vender.














